martes, 30 de enero de 2007

Usan piedras de pirámide para construir casas

Con piedras de un centro ceremonial tolteca, los habitantes de Huapalcalco, Tulancingo, construyen sus viviendas sin que el INAH haya intervenido para detener la destrucción de estos importantes vestigios arqueológicos (me lleva!!!).


Piedras provenientes de las ruinas prehispánicas de la zona arqueológica de Huapalcalco, en el municipio de Tulancingo, son utilizadas para la construcción de las casas de las personas que viven alrededor. Esto ante el evidente (???, culposo!!!) descuido por parte de la delegación estatal del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Considerada como la zona arqueológica más antigua de Hidalgo, y sede del antiguo Imperio Tolteca antes de Tula, el centro religioso de Huapalcalco está integrado por una pirámide de influencia teotihuacana de tres cuerpos de 12 metros de base y ocho metros de alto así como por antiquísimos murales (ni así lo cuidan, chale).
Por desgracia, tal y como se pudo constatar, el lugar se encuentra poco resguardado por el INAH, lo que ha propiciado que los lugareños destruyan de manera gradual los vestigios.Sin enrejado o accesos de seguridad ni custodios a la vista, la zona arqueológica de Huapalcalco se encuentra abandonada, rodeada de casas en un predio localizado al norte de la ciudad de Tulancingo.
En una piedra colocada a la mitad de la escalinata de la pirámide, alguien escribió con pintura amarilla la leyenda “No subir” (se dice que borraron el "puto el que lo lea"), advertencia que nadie parece respetar (fino humor del reportero).
Por ninguna parte es posible encontrar algún letrero o ficha técnica que informe a los visitantes el periodo histórico, hable sobre la cultura mesoamericana y otros datos de Huapalcalco. De acuerdo a los vecinos del lugar, quienes viven en los alrededores de la pirámide, desde hace décadas, acarrean y utilizan las piedras para la construcción de los muros de sus viviendas, corrales, o pequeñas alhóndigas para almacenar maíz, u otros productos agrícolas, lo que poco a poco van destruyendo este importante centro ceremonial tolteca (se ha observado el rito del sacrificio humano con los chamacos que quieren seguir viendo la barra nocturna de galavisión).
Sergio Camarena, delegado estatal del INAH, confirmó que efectivamente la gente de Huapalcalco saquea la piedra de la zona arqueológica para construir sus casas y otros inmuebles (de piedra ha de ser le cama...). “Día a día nos reportan que piedrita con piedrita (casilla por casilla) la gente hace otra casa. El problema es cada vez mayor” dijo el funcionario.
Añadió que la gente que vive dentro del área poligonal de Huapalcalco es la que utiliza la piedra como material de construcción.
“Hay una pirámide que está bien conservada pero en los alrededores hay montículos de piedras, las cuales eran usadas para hacer escalinatas”.
Camarena narró la ocasión en que personal del INAH y del ayuntamiento municipal inspeccionaron una de estas viviendas y descubrieron que había sido hecha con piedra proveniente del centro ceremonial. “Estaba cubierta por una lona. Al destaparla nos dimos cuenta de que estaba construida con piedras prehispánicas” (eso sí, con su antenita de "eskai").
Aunque la destrucción o saqueo de zonas arqueológicas está tipificada como delito de carácter federal, Sergio Camarena asegura que en el caso de Huapalcalco y otras zonas arqueológicas que están siendo destruidas de esta forma poco se puede hacer (fuera de echar la web).
“En Huapalcalco no hay declaratoria de zona. Por eso, aunque tenemos facultades por ministerio de ley, sin la declaración de zona la aplicación de la ley es mucho menos amplia,” justificó el funcionario.
Señaló que por esta razón, hace algunos años se realizaron mesas de trabajo entre los funcionarios del INAH, los vecinos del lugar y representantes tanto del gobierno del estado como de Tulancingo, para tratar de llegar a un arreglo. Entre las alternativas, señaló Camarena, figuraba la reubicación de la gente o la compra de sus propiedades. Pero “como toda la gente de ese lugar tiene títulos de propiedad, es necesario que revisemos todo lo relacionado a la tenencia de la tierra” (del verbo ta' canijo).
Sobre el descuido que se advierte en Huapalcalco, Camarena aseguró que hace algunos meses se le dio mantenimiento menor.

Destrucción constante
Además de Huapalcalco, otras zonas arqueológicas en el estado de Hidalgo sufren la destrucción de sus vestigios. Una de ellas, de reciente descubrimiento, se localiza en la comunidad de Chalchiyahualicas, municipio de Yahualica, que pertenece a la cultura huasteca.“El antropólogo Carlos Hernández hizo un recorrido por helicóptero sobre este sitio y se percató del daño por parte de la gente” (desde el aigre se ve mejor cómo se roban las piedritas, otas, onas).
Afortunadamente, el saqueo de piedra para construir casas se frenó luego de que Carlos Hernández realizara diversas reuniones con los lugareños en las cuales les explicó sobre la importancia histórica de esa zona arqueológica.
Santiago Tulantepec, asentamiento de la cultura tolteca, es otro de los sitios que se encuentra en la misma situación que Huapalcalco. En ese lugar, Camarena aseguró que se han descubierto montículos en forma de prismas geométricos que sirvieron de pilares a antiguas viviendas prehispánicas (No del INFONAVIT, por cierto).
Según datos proporcionados por el titular del Centro INAH en Hidalgo, en esta entidad hay cerca de mil 800 sitios arqueológicos plenamente reconocidos, pero se calcula que hay otros ocho mil aún sin descubrir.
El gran número de zonas arqueológicas y la escasez de recursos económicos hacen difícil, comenta Camera, la preservación de las mismas (la clásica justificación del burócrata en vez de un plan de trabajo que se proponga: no hay lana, no nos movemos, sí, como las p...).

Huapalcalco/Ricardo Montoya/Mileneo

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No lo puedo evitar ... siendo TULEÑO me indigna esta situacion (finísimo humor del comentarista). La culpa no es del indio... sino de la autoridá. Yo vivo en una calle con "supuestosmonumentoshistoricos"(mainots), que estarían a la talla de gigantescos montículos de estiercol de paloma, pero el INAH no permite tumbarlos (uy pecado venial), sino que obligan a las personas que arriesgan sus vida viviendo en esos mierderos (gracias madre por la definición), a que conserven las fachadas (incrementando los costos de construcción por meter todos los materiales por diminutas puertas, asi como la "sacada" de los restos de demolición) para mantener tan bellos vestigios de devastación. Pero que tal los que llegan a construir un edificio, vale "M" la ley, con que se mochen pues se olvida el nacionalismo y amor por los monumentos.
RIGOBRONX

Anónimo dijo...

Que buen reportaje. Es una verguenza que tanto el gobiern o del "chinito" miguel Osorio como las autoridades federales del INAH se hagan bien pendejos y descuiden los monumentos historticos de ese jodido y feo estado que es Hidalgo